miércoles, 6 de febrero de 2019

EL AMOR QUE NO SE DA



A lo largo de los años que llevo trabajando como psicóloga he podido observar el origen de muchos problemas psicológicos, y esto me ha llevado a una conclusión ciertamente triste: “Las tumbas reciben y están llenas de corazones repletos de amor”. Llenas de amor porque a las personas nos da miedo dar ese amor, o no sabemos o no podemos ofrecerlo mientras vivimos. Amor que se lleva consigo al otro mundo porque no se ha vaciado, compartido, regalado y disfrutado con otras personas, próximas y lejanas, en esta vida.

Dicho de esta manera parece difícil de creer, pero lo cierto es que la mayoría de personas que enferman psicológicamente es porque están faltas de amor, carentes de ese afecto imprescindible para vivir feliz, no lo han recibido o percibido como lo necesitaban, y tampoco lo pueden dar y compartir con los demás.

Nos resulta más difícil decir un halago, un cuánto vales, qué inteligente eres, qué bien has hecho las cosas, cuánto te quiero, qué orgulloso/a estoy de ti, dar besos, abrazos… queremos, pero tememos manifestarlo, o no sabemos expresarlo. Y, por el contrario, nos es más fácil dar una regañina, un cachete, una desaprobación, un eres bobo o tonto, u otra descalificación destructiva.

La carencia de amor produce enfermedad mental, por el contrario, el amor previene la enfermedad y, también, es la mejor medicina para curar una alteración psicológica si esta ha aparecido.

Yo invito a exprimir el amor del corazón cada mañana y que sea un regalo para dar y compartir, para uno mismo y para los demás, y que los corazones lleguen vacíos a la tumbas, secos al otro mundo, porque se ha dejado todo en este, en el que tenemos la suerte de vivir.

¡Por la salud mental… de todos!

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