EL SUFRIMIENTO DE LOS HOMBRES
Siento extrañeza, y quiero
compartirlo, ante una pregunta que me han hecho en varias ocasiones en mi
trabajo relacionado con el sufrimiento por la separación o divorcio, y que
siempre la recibo con sorpresa. La pregunta es ¿Los hombres sufren igual que las mujeres? Mi respuesta siempre es
“sí, sufren igual que las mujeres,
también sienten mucho dolor, pero a veces lo manifiestan de manera diferente”.
He visto llorar a mujeres por la separación de la expareja y de los hijos; he
visto llorar a hombres por la separación de su expareja y de sus hijos; conozco
mujeres que han enfermado como consecuencia de la separación o divorcio y conozco
hombres que también han caído enfermos después de la ruptura; también sé de
mujeres que incluso han pensado y realizado conductas autodestructivas por no
superar la separación y sé de hombres que también han tenido esta vivencia de desesperación.
Entonces a qué se debe esta duda.
Esta pregunta aparentemente
ingenua me ha llevado a pensar en ello. En parte creo que puede encerrar el papel que ha
tenido el hombre a lo largo de su historia. Yo he pensado ¿por qué nadie me
pregunta si las mujeres sufren y sí me preguntan sobre los hombres? ¿Por qué se
da por hecho que las mujeres sí sufrirán la ruptura y la separación de su
expareja y de los hijos y los hombres no?, siguiendo con la reflexión ¿cómo ve
la sociedad a los hombres, qué imagen se tiene de ellos para poder llegar a
pensar que no sufren como las mujeres? ¿Qué hacen las mujeres que no hacen los
hombres o qué hacen los hombres que no hacen las mujeres para que se llegue a
percibirlos de manera distinta?
Yo he reflexionado sobre esto
tratando de encontrar ideas o razones que puedan explicar esta visión del
hombre. Creo que algunas de ellas pueden venir enraizadas en la cultura, en el
papel que ha tenido el hombre, y sigue teniendo aunque en menor medida, a lo
largo de la historia. Razones que pueden haber sido muy beneficiosas para la
sociedad, pero que, por el contrario, pueden haber llegado a construir esta
imagen del hombre. Voy a comentar algunas de ellas.
- Los hombres apenas muestran sus emociones públicamente, delante de los demás, lo que puede llevar a la idea de que no sienten. Sería la idea de “Lo que no se ve, no está”.
- No mostrar las emociones públicamente puede deberse a que “no se les ha permitido socialmente”. Por ejemplo, que llore un hombre en público “es un gesto de mujer” aunque esto se va extinguiendo por fortuna. Ya conocemos cuando Boabdil entregó Granada la frase de “llora como una mujer lo que no has sabido defender como un hombre”. Un comentario más actual, entre los jóvenes, en algunos casos, sería llamarle "nenaza".
- Pero también, parece que la sociedad les ha dado el papel de que deben actuar antes que sentir, ante un problema el hombre era el que debía tomar la iniciativa de la acción y no pararse a llorar o a sufrir. Ha asumido el papel en la sociedad de solucionar los problemas en lugar de lamentarse por ellos o no tenían tiempo para lamentaciones ante un problema porque eran los que tenían que aportar soluciones.
- También han asumido que ellos tienen que ser fuertes para cargar con sus problemas y sobre todo con los de la familia.
- Se les ha asignado el papel de ser el hombro donde lloran los otros y ellos solo tienen que ser fuertes para resistirlo.
- La sociedad también les ha hecho fuertes porque les necesitaba fuertes para no sentir dolor ante las duras pruebas que les ha puesto siempre: si hay una catástrofe, un fuego, por ejemplo, los hombres son los que se ponen delante; si hay un peligro los niños y las mujeres primero a proteger; si hay un conflicto bélico van los hombres al frente; si hay que ir a cazar animales son los hombres los que primero iban; si hay que dar una noticia desagradable se buscaba primero al hombre; si alguien recibe un daño, un accidente, es el hombre el que primero corre en su ayuda. Se le convirtió en un gigante que pudiera recoger todos los golpes y ser el muro de apoyo, emocional, también económico, de defensa, para la familia y para la sociedad.
- La sociedad ha hecho fuerte al hombre porque necesitaba una figura fuerte para que se pusiera al frente de las situaciones más difíciles y que asumiese el papel de protector de los débiles.
Y este rol del hombre en la
sociedad puede estar en la raíz de esta imagen que, probablemente, ha creado el hombre de sí
mismo y que la sociedad tiene de él, aparte de otras variables genéticas como
la fuerza física que le da la naturaleza.
Este rol les ha impedido expresar
las emociones y sentimientos, les ha encerrado en su mundo, les ha llevado a
vivir sin poder hablar de sus fragilidades, de que ellos también necesitan un
hombro donde llorar. Por un lado, les ha llevado a tener un lugar de privilegio
porque son como el refugio que protege y el torreón que defiende, pero también les ha obligado a tener que
mostrarse como gigantes con apariencia de corazón frio para no mostrar sus heridas y tener que curarlas en su soledad.
¿Cómo se puede cambiar esta
imagen equivocada del hombre? ¿Cómo se puede transmitir a la sociedad que los hombres también sienten y sufren, tanto
como las mujeres?. Creo que debe ser una labor a la que debemos contribuir
todos.
Rosa María Boal
Psicóloga Clínica